jueves, 28 de agosto de 2014

Hay que poner a Florentino Pérez en la frontera

El verano nos ha traído a los madridistas muchas alegrías y tristezas. A la tan soñada Décima se unió unos meses después la muerte de don Alfredo di Stefano, santo y seña del madridismo. Luego vinieron las altas y las bajas, la consecución de la Supercopa de Europa y el fracaso en la Supercopa de España, así como el inicio de la Liga. 

Y nuevamente en el inicio de temporada el Real ha demostrado ser un equipo en construcción ante un Córdoba sin nada que perder y mucho que ganar. ¿Cómo puede ser que un equipo que avasalló al Bayern en su campo ahora se deje zarandear por un recién ascendido?

La respuesta hay que buscarla en la planta noble del Bernabéu. Florentino Pérez ha fichado a Kroos (muy buen medio, listo para darle el relevo a un Xabi Alonso con cada vez más problemas físicos), James y Keylor Navas (para darle el relevo a un Casillas cada vez más decadente). Se han marchado Casemiro, Morata, Diego López y Di María. Y suena que se marcha Xabi Alonso. 

La marcha de Di María, el hombre que gracias a su reconversión a medio posibilitó a Ancelotti alinear a la BBC sin que el dibujo se le rompiese. Ahora sin Di María, el italiano tiene que volver a encontrar un dibujo en el que dar cobijo a esos tres y a James, que el año pasado marcó la friolera de 9 goles en la todopoderosa liga francesa y por el que se pagaron 80 millones de nada. Normal que el Atlético, que ya tiene un dibujo establecido y lo que hace es cambiar piezas cuando estas se marchan le haya ganado la Supercopa y que el Córdoba se creciese en el Bernabéu. El Madrid está de nuevo por hacer y más de 100 millones después, sigue sin faltar un 9, un killer del área dado que Benzema es demasiado irregular. 

Florentino Pérez ha destruido el equipo construido por Ancelotti y en lugar de ponerse al servicio del italiano para traerle los refuerzos pedidos (cosa que si se hizo con Kroos) ha fichado a los dos jugadores de moda del Mundial, ha vendido al jugador clave, a aquel que permitía al esquema funcionar para financiar sus caros caprichos. Ahora toca al entrenador encajarlo, pero parece ser que con la fórmula actual va a ser que no. Que habrá que buscar a otra. 

Por el bien del madridismo, de aquel que quiere el club y que no lo usa para los chanchullos de su constructora, hay que poner a este personaje lejos de nuestro club o bien regalarle una Playstation 4 con el FIFA para que haga ahí realidad sus sueños húmedos. 

martes, 29 de abril de 2014

El Real siempre vuelve...

"El Real siempre vuelve" tituló una vez L´Equipe. Y esa ha sido una constante en la historia blanca. Por muy malas que sean las rachas, por muy bajo que se caiga, el Real Madrid siempre se las apaña para volver a disputar los títulos. 

Este año el Real ha vuelto a lo más alto del deporte de alta competición al clasificarse para disputar la Final Four de la Euroliga que se disputará en Milán y para la final de la UEFA Champions League que se disputará en Lisboa. No lo tendrá fácil, la vieja y querida sección de baloncesto tendrá que enfrentarse a los tres gigantes que han dominado la escena del baloncesto europeo en los últimos años: el Barcelona, el Maccabi de Tel Aviv y el CSKA de Moscú mientras que el equipo de fútbol tendrá que disputarle la Décima a dos equipos liderados por dos zorros de los banquillos: el Chelsea de Mourinho y el Atlético de Madrid del Cholo Simeone. Rivales formidables en cuyas filas militan algunos de los mejores jugadores del mundo. 



El camino a Milán y a Lisboa tampoco ha sido fácil. Atrás han quedado el Olympiakos y el Bayern de Múnich, vigentes campeones de la Euroliga y la Champions respectivamente. Y antes que ellos equipos como el Partizán serbio, el Efes Pilsen turco o el Zalgiris lituano en baloncesto o la Juventus italiano, el Borrussia alemán o el Galatasary turco en fútbol. 



Ahí estamos gracias al esfuerzo de toda la plantilla y a la sabia labor de dos hombres que han sabido hacer remar a todo ese talento en una misma dirección. Hablo de Ancelotti y Laso, dos personas a las que les gusta poco elevar la voz y que a base de trabajo y esfuerzo han hecho pelear a sus plantillas por las tres competiciones (ambos son campeones de Copa, finalistas en Europa y tienen opciones en Liga). 

No hay nada ganado, al contrario, queda el último paso para alcanzar la gloria...

¿Lograrán darlo?